¿Cómo podemos cuidar los dientes de leche para evitar las caries en los niños?

 

Hace años se pensaba que no era necesario cuidar los dientes de leche. Una vez perdidos, ya podíamos acudir al dentista para hacer revisiones o controlar diferentes patologías. Lo cierto es que desde hace tiempo, se sabe que cuidar y revisar los problemas que pueda presentar la dentadura incluso en las primeras fases de la vida, es clave para los problemas dentales no vayan a más en el futuro.

 

Estos son algunos consejos para prever la caries en los niños:

    1. Una correcta higiene dental

Es importante empezar a cuidar la higiene desde el principio (desde que aparece el primer diente en boca), unas dos veces al día, siendo la vez más importante justo antes de acostarse.

No hay mejor forma de educar a los niños en la higiene dental, que empezando desde bebés.

    1. Usar pasta y cepillo de dientes adecuados a su edad

A partir de la erupción del primer diente se puede empezar a utilizar pasta en pequeñas cantidades. Lo ideal es que hasta los 2 años se use sólo la cantidad de pasta que se obtendría al rascar el bote con el cepillo de dientes. De los 2 a los 6 años, usaremos la cantidad hasta el tamaño de un grano de arroz, con una concentración de 1000 partes por millón de flúor.

    1. La alimentación es importantísima para evitar la caries

El calcio es un elemento fundamental para prevenir las caries y muy especialmente en los más pequeños. Como ya sabemos, los lácteos son una fuente de calcio, que podemos obtener de la leche, yogures o el queso.

No administrar alimentos o bebidas durante la noche.Hasta cierto punto, es difícil evitarlo en un momento dado de la lactancia, pero a medida que vayan creciendo, debemos evitar que duerman con biberón, así como nos sea posible.

    1. El azúcar es el peor enemigo de los dientes

El control del exceso de alimentos con azúcar va a ser clave para prevenir la aparición de caries u otros problemas más desagradables.

    1. Evitar que nuestra saliva entre en contacto con la del bebé

Quizá al leer esto te pueda sorprender, pero no está de más recordar que las bacterias que podemos trasladarle nosotros mismos a nuestros hijos sin querer, pueden ser muy perjudiciales. Es cierto que siempre nos dan ganas de comérnoslos a besos, pero mejor dárselos en las mejillas. Es mucho más seguro y más higiénico.

    1. Revisiones anuales desde el primer año

Muchas madres y padres se preguntan cuándo llevar a sus hijos al dentista por primera vez y es cierto que existe la idea arraigada de que deben comenzar cuando ya se han caído los dientes de leche. No es cierto, y lo recomendable es que llevemos a nuestros hijos al dentista una vez al año, desde el primer año que cuenten con los primeros dientes. De esta forma, podremos prevenir futuros problemas o patologías que puedan presentar en la dentadura.

 

Lo ideal es llevar a nuestros hijos a dentistas especializados como son los odontopedriatras y que se acostumbren cuanto antes a que hacer una revisión de la boca no tiene por qué dar miedo ni ser doloroso. De esta forma, evitaremos problemas futuros que tengan soluciones más difíciles. Siempre es mejor prevenir que curar.